Ya son 15.000 las muertes confirmadas por el terremoto de China


La cifra de muertos por el seísmo más mortífero que sacudió China en las últimas tres décadas creció a casi 15.000 el miércoles, mientras las autoridades advierten sobre nuevas calamidades por el bloqueo de ríos y por embalses a punto de estallar.

Cientos de miles de soldados, bomberos y civiles se apresuran para rescatar a los más de 25.000 enterrados en la provincia de Sichuan, en el sur de la país, bajo escuelas, fábricas y hospitales derrumbados después del seísmo del lunes de magnitud 7,9.

La cifra oficial de muertos subió hasta los 14.866, mientras los socorristas luchaban por encontrar restos de vida entre los escombros. El Gobierno envió casi 50.000 soldados a la provincia.

En medio de la tristeza sobrecogedora, también hubo momentos de felicidad.

En Mianzhu, donde se ha confirmado la muerte de miles de personas, unas 500 fueron desenterradas vivas de entre los escombros de edificios.

Socorristas en Hanwang, un pueblo en Mianzhu, mantuvieron con vida a una niña con comida y agua mientras luchaban por liberarla en una escuela derrumbada.

Una mujer embarazada de ocho meses y su madre, atrapadas bajo un edificio de apartamentos en Dujiangyan, fueron rescatadas por bomberos.

«Estamos muy felices. Estuvimos aquí parados, gritando durante dos días», dijo Pan Jianjun, una pariente. «Pero aún hay tres personas más allí emitiendo sonidos».

La televisión mostraba pueblos enteros devastados en esta región pobre y montañosa, lo que sugiere que los socorristas podrían encontrar muchos más cuerpos que supervivientes entre los edificios destruidos.

RÍOS BLOQUEADOS, EMBALSES DAÑADOS

Las autoridades han alertado sobre los peligros del incremento de la presión en los embalses, así como de deslaves en colinas en donde se pronostican lluvias para los próximos días.

Dos estaciones hidroeléctricas en el condado de Maoxian, donde 7.000 residentes y turistas permanecen atrapados, fueron «seriamente dañadas», y las autoridades advirtieron de que podrían estallar.

Los deslaves han bloqueado la corriente de dos ríos en el norte del condado de Qingchuan, formando un enorme lago en una región en la que unas 1.000 personas ya han muerto y unas 700 están sepultadas, dijo Xinhua.

«El incremento del agua podría causar el derrumbe de las montañas. Necesitamos desesperadamente expertos en geología que hagan pruebas y fijen un plan de rescate», citó Xinhua a Li Hao, el jefe del Partido Comunista.

Sólo el condado de Beichuan necesitaba con urgencia 50.000 tiendas de campaña, 200.000 mantas y 300.000 abrigos, así como agua para beber y medicinas, informó Xinhua.

El terremoto, el peor que ha golpeado China desde 1976 cuando murieron hasta 300.000 personas, ha reducido la propaganda optimista del Gobierno tres meses antes de los Juegos Olímpicos de Pekín.

También ha disminuido las críticas del extranjero respecto a los recientes disturbios en Tíbet, mientras las imágenes de la tragedia y los heroicos esfuerzos de rescate han motivado ofertas de ayuda y compasión.

* DUJIANGYAN, China (Reuters) – Emma Graham-Harrison

Junta militar de Birmania restringe acceso a zona de desastre

La junta militar birmana restringió el miércoles el acceso a la zona más afectada por el paso del ciclón Nargis, impidiendo el paso a los extranjeros e ignorando las suplicas para que permita a expertos foráneos organizar la asistencia antes de que sea demasiado tarde.

Varias organizaciones de beneficiencia internacionales mantuvieron una reunión en Tailandia, exasperados por un régimen desafiante que no concede visados para que sus empleados den agua, medicinas y medios para cobijarse a dos millones de personas.

La esperanza de que los generales, profundamente recelosos del mundo exterior, cambien de postura se desvanece, mientras se multiplican las advertencias de que el tiempo se acaba.

«Si no se permite el acceso, morirá más gente» dijo Louis Michel, el comisario de ayuda humanitaria de la Unión Europea, en una entrevista concedida a AFPTV en Bangkok antes de viajar a Birmania para dialogar con los militares.

Ante la tozudez del régimen, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, convocó para este miércoles una reundijo Ban a la prensa.

El jefe de la ONU precisó que se trata de los miembros permanentes del Consejo de seguridad (Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia), los países de la Asociación de naciones del Sureste de Asia (ASEAN), de los cuales forma parte Birmania, y otros países que regularmente contribuyen con el presupuesto de Naciones Unidas.

«A pesar de que el gobierno de Birmania ha dado muestras de cierta flexibilidad, en este momento está muy lejos de ser suficiente», agregó Ban.

Entre tanto, el saldo de víctimas no deja de crecer y la radio estatal birmana lo elevó hasta los 38.491 muertos, 27.838 desaparecidos y 1.403 heridos.

Una cifra que podría seguir subiendo hasta los 200. 000 muertos y desaparecidos, dijo ministro británico Douglas Alexander basándose en la información que le llega del terreno.

La Cruz Roja constató la disparidad de cifras que ha recibido de 22 organizaciones -de los 68.833 a los 127.990 muertos-, afirmando que es imposible por el momento constatar su veracidad.

«No se trata de una cifra oficial de la Cruz Roja porque en estos momentos no hay manera de que alguien pueda tener algo más que una estimación», dijo John Sparrow, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

Las organizaciones de asistencia lamentan que la ayuda está llegando -cinco vuelos estadounidenses más aterrizaron el miércoles-, pero que no es canalizada hasta el delta del sur del país que resultó más afectado por el ciclón del 3 de mayo.

Sólo los especialistas experimentados pueden asegurar el traslado y entrega de la ayuda en las regiones remotas y anegadas, advirtieron.

Sin embargo, el primer ministro tailandés, Samak Sundaravej, dijo tras una breve visita a Birmania que el régimen que gobierna el país desde 1962 se niega a aceptar a expertos extranjeros.

«Insistieron en que pueden ocuparse de su gente y de su país. Se pueden apañar solos», explicó tras reunirse con el primer ministdevastado delta del Irrawaddy para difundir imágenes de los generales entregando agua y alimentos a ciudadanos agradecidos.

El régimen también ha endurecido las condiciones de acceso de los periodistas a la región, lo que hace aun más difícil obtener una visión completa de la destrucción que reina en el suroeste del país.

Pero los periodistas que lograron llegar a la zona relatan escenas de miseria y desesperación.

Las nuevas lluvias están destruyendo los refugios improvisados, la escasa comida disponible se está echando a perder y muchos temen que la tragedia se agrave.

«El arroz que teníamos ya está mojado por las lluvias.No es muy bueno para comer», afirman Thin Thin, de 22 años, sentada en una precaria choza hecha con pedazos de palmera, su único refugio desde que el tifón destruyó su casa.

Mientras tanto, Naciones Unidas advirtió el miércoles que un nuevo ciclón podría estar formándose sobre Birmania y admitió la posibilidad de que la ayuda no esté llegando a sus destinatarios.

«Existe esa inquietud», dijo una portavoz de Ban Ki-Moon.

-AFP