Podrán ser recogidas hasta en las iglesias y serán destruidas en presencia de sus dueños
La tragedia de la escuela de Rio, donde murieron a tiros 12 niños hace 17 dias, ha llevado al Gobierno a lanzar una gran campaña nacional, a partir del seis de mayo, para que los ciudadanos entreguen voluntariamente las armas. Así lo ha comunicado hoy el Ministerio de Justicia, que pretende destinar un lugar en cada ciudad para que los ciudadanos puedan depositar sus armas de fuego obtenidas legal o ilegalmente.
El Gobierno piensa dar todas las facilidades posibles para dicha entrega, por lo que ha determinado que podrán ser entregadas no sólo en las comisarias de policia sino tambien en las iglesias, en las sedes de las ONG y hasta en las de la orden de Abogados de Brasil (OAB). En todos esos lugares, incluso en el interior de los templos, deberá ser un agente de policia quien reciba el arma.
Ante las críticas de que muchas veces las armas entregadas por los civiles acaban en el mercado negro, al igual que la droga, esta vez el Gobierno ha decidido que dichas armas sean destruidas ante el ciudadano en el momento de entregarla, aunque no se ha explicado de qué forma será llevada a cabo esa destrucción. Tampoco se ha decidido aún cómo el Gobierno compensará a los ciudadanos por las armas entregadas, cuyo precio variará según el tipo y el número de armas entregadas.
La medida está siendo objeto de polémica, incluso dentro de la clase política, así como el proyecto de convocar un nuevo plebiscito lanzado por el Presidente del Senado, José Sarney, para octubre, para prohibir el comercio legal de armas a civiles. Un referéndum sobre el tema fue ya derrotado por el 64% de la población en 2005.
Ha habido hasta políticos que, llevados por la emoción de la tragedia de Rio, llegaron a sugerir que las fuerzas del orden pudieran registrar las casas para recoger las armas ilegalmente adquiridas, hipótesis que fue rechazada como contraria a la Constitución, que protege la intimidad de los hogares, donde sólo se puede entrar con mandato judicial.
Críticas a la campaña
Los que se oponen a la campaña para desarmar a la población alegan que el problema es otro: la ineficacia de la policia en la lucha contra el crimen, contra el mercado internacional de armas y la corrupción de policia y Ejército que acaban en muchos casos vendiendo ellos mismos armas a los narcos. «Desarmar a la población será el mejor regalo para los bandidos», afirman los contrarios a dicho desarme.
Sin embargo ha causado impresión, por ejemplo, el que este fin de semana, sin ir más lejos, sólo en la ciudad de Salvador de Bahia tuvieron lugar 20 asesinatos con armas de fuego. Brasil es hoy uno de los paises de América Latina con mayor número de homicidios: 50.000 anuales, una media de 25 por cien mil habitantes. Excepto en Sâo Paulo, que por primera vez ha conseguido este mes bajar dicha cifra a menos de 10, por lo que ha salido del índice, considerado internacionalmente como epidemia.
* JUAN ARIAS | Rio de Janeiro 19/04/2011