Comando Sur. Va desde Guatemala hasta el Polo Sur, abarca Cuba, Centroamérica, las Antillas y Suramérica. Cubre una superficie total de 40,4 millones de Kilómetros cuadrados de extensión y vigila 30 países, interviene en un espacio del 20% del macizo continental.
(Foto: AP / El País)
Pueden generar roces con los vecinos y también ayudar a que se apruebe el TLC. Análisis.
Colombia sería el cuarto país en América Latina que prestaría sus bases para el Departamento de Defensa de los EE.UU., después que Ecuador decidió no renovar el contrato en Manta. Por ahora se mantienen las bases de Honduras, El Salvador y Aruba, que le permiten a Estados Unidos usar territorio aéreo y bases terrestres de esos países para combatir el narcotráfico.
Pero, como lo destaca el embajador William Brownfield, la presencia de militares de EE.UU. en Colombia es un hecho desde hace años. Según la embajada estadounidense en Bogotá, a junio de 2009 había 268 militares y 308 contratistas civiles de ese país en territorio nacional prestando apoyo al Plan Colombia.
Pese a que la información sobre la cantidad de tropas y equipos militares que tiene desplegados Estados Unidos en el resto del planeta es bastante reservada, se sabe que en Europa hay 82.821 soldados de planta, en el oriente y el pacífico asiático hay 68.089 militares y en América Latina, 2.094. Estos números aumentan y varían de acuerdo con las misiones asignadas.
En total, a junio de 2008 había 279.825 oficiales norteamericanos desplegados en unos cien países del mundo, según Global Security Organization, entidad encargada de llevar las estadísticas militares.
“Normalmente la presencia de tropas de Estados Unidos en otros países tiende a generar incidentes, y oposición. Incluso para algunos tener tropas extranjeras en su suelo podría ser hasta una humillación. Nosotros tampoco lo veríamos muy bien, si tuviéramos tropas de otros lados en nuestro territorio”, admitió Christopher Preble, del Cato Institute, con sede en Washington.
Preble insistió que hay mandatarios de su país que lo ven como algo necesario, pero llega un momento en que esos gobiernos deben defenderse por sí mismos. Y asegura que EE.UU. ha estado en países por muchos años y que su salida es muy difícil.
Michael Shifter, Vicepresidente de Política de Diálogo Interamericano, sostiene que hay que reconocer los riesgos que trae consigo la cooperación militar.
“Esto tiene el efecto de vincular a Estados Unidos más a Colombia en un tema negativo como el narcotráfico, que hay que atacar, y combatir”, dijo.
“También representa desafíos para Colombia en su relación con otros países de la región. Es un tema muy sensible ”, añadió.
Lo cierto es que Barack Obama apenas cumple seis meses en la Casa Blanca y su mano se siente tras los movimientos de tropas. Ordenó la retirada de Irak, el ingreso a Afganistán, y ahora pretende usar las bases militares colombianas.
Analistas dicen que esta decisión no necesariamente tiene que ver con las políticas del Presidente, sino que son situaciones de interés nacional, controladas por agencias estatales. Además, reconocen que Colombia es un país privilegiado por su ubicación estratégica y un aliado de EE.UU por años.
“El presidente Obama está inundado de trabajo y creo que invertir su capital político, que es limitado, en este tema no es muy probable, hasta que por lo menos logre otros temas de su agenda, como salud, energía, y demás”, dijo Shifter.
Otra de las preocupaciones para organizaciones y analistas en Washington, es que la nueva misión en Colombia, no sólo sería en temas de narcotráfico y también involucraría la lucha contra el terrorismo.
“Aunque la base sea colombiana, y el gobierno tenga el control sobre las actividades de los ‘gringos’, entre la gente puede quedar la sensación de que van a poder utilizar esa base en cualquier cosa”, dijo Adam Isacson, director para Latinoamérica del Centro de Política Internacional.
El viernes se realizó la última misión aérea desde la base de Manta, Ecuador, que será devuelta en septiembre próximo al gobierno ecuatoriano.
Isacson explicó que los problemas que se presentaron en bases como la de Ecuador y El Salvador tuvieron que ver por denuncias sobre abusos por parte de las tropas estadounidenses. “Detienen personas inocentes e incluso se han dado paternidades sin responsabilidad, entre otras”, aclaró el experto.
Stephen Donahoo, coronel retirado y director de la consultora internacional McLarty Associates, tampoco descartó que en Colombia se presenten problemas similares a los que han ocurrido en otros países debido a la presencia de soldados norteamericanos.
“En cualquier base militar pueden surgir incidentes que ocasionen problemas, como accidentes de tráfico. Cualquier cosa puede ocurrir con tropas que no conocen el país donde están”, explicó.
Pero Donahoo asegura que Colombia también se verá beneficiada con esta nueva cooperación. “Esto ayudaría a que el país no enfrente la amenaza de algún país vecino y económicamente podría beneficiarse, por ejemplo, con el aumento del comercio en las zonas donde estarían las bases militares”, señaló.
“Si los países vecinos son amantes de la paz y están en contra del narcotráfico, entonces, deben pensar que esto es bueno, pues sirve para proteger a toda la región del narcotráfico”, dijo, y aclaró que Colombia no perdería su soberanía, ya que existen muchos países en el mundo con tropas estadounidenses y continúan siendo soberanas. Y puso de ejemplo a Japón, Italia y Alemania.
¿Un as para el TLC?
Los expertos creen que desde el punto de vista político esta concesión a Estados Unidos también tendría ganancias. Por ejemplo, podría ayudar a que el Congreso mantenga el presupuesto del Plan Colombia o como método de presión para agilizar la aprobación del TLC, que aún está en veremos.
Este gesto podría ser el as bajo la manga que requiere el Gobierno colombiano para persuadir a los congresistas estadounidenses de incluir el TLC con el país entre sus prioridades en septiembre próximo, al retornar su período de vacaciones y cuando normalmente suelen ocuparse sólo de temas domésticos.
Con lo cual el valor estratégico del convenio iría mucho más allá del terreno militar.
Inventario de tropas
Estados Unidos cuenta con 4.500 bases militares dentro de su territorio y 823 fuera de él, ubicadas así: 21 en América, 513 en Europa, 36 en Asia Central, 248 en Asía-Pacíficio-Oceanía y 5 en África; en una extensión que ocupa más de 2,5 millones de hectáreas en los cinco continentes. No se incluyen 106 bases militares instaladas desde 2005 en Irak y Afganistán, ni las contruidas en Israel, Qatar, Kirquizistán y Uzbequistán; tampoco las 20 bases de EE.UU. que comparte con el ejército turco.
Además, el Pentágono indica que posee 32.327 cuarteles, hangares, hospitales y otros edificios en sus bases en el extranjero y que renta 16.527 instalaciones. Durante el año fiscal 2005-2006 contrató para esos enclaves a un millón de personas.
Las bases militares extranjeras están concebidas para apoyar el poder militar de EE.UU. en todo el mundo, pero al mismo tiempo sus consecuencias más visibles y cotidianas se hacen sentir en el ámbito nacional, de ahí las denuncias que enfrentan en la mayoría de los países.
Cifras
· 82 mil soldados norteamericanos prestan sus servicios en bases militares de Europa.
· 68 mil marines tiene Estados Unidos en tierras del Medio Oriente y el Pacífico asiático.
· 2 mil hombres del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina patrullan en América Latina.
· 4 mil quinientas bases militares tiene en su propio territorio EE.UU.
· 823 son las bases con que cuenta Estados Unidos en el extranjero.
* Por Isabel Morales | Corresponsal de El País – Washington, 19 julio 2009